El fin del “impuesto al sol” impulsa la instalación de placas fotovoltaicas de autoconsumo, sobre todo para empresas

El sol, aun en estos días encapotados, se ha convertido en la esperanza de empresas y particulares para tratar de abaratar su factura eléctrica. Los fabricantes e instaladores que se dedican en la región al incipiente negocio de los equipos fotovoltaicos de autoconsumo -más desarrollado en otras zonas de Europa- están constatando un creciente interés que se ha disparado notablemente en los últimos meses. Ha sido coincidiendo con la eliminación del conocido como “impuesto al sol”, con el que se penalizaban hasta ahora esas instalaciones solares destinadas al autoconsumo. La pega es que en Asturias la inversión tarda algo más en rentabilizarse que en el Sur peninsular o a orillas del Mediterráneo, debido a que las horas de insolación entre el Pajares y el Cantábrico son menores que, por ejemplo, en Cádiz, en Madrid o en Valladolid. Aunque las diferencias no suponen una penalización severa, defiende el sector.

Omar González de la compañía ovetense Exiom, especializada en la instalación de paneles solares, explica que casi en cualquier parte de Andalucía rentabilizar la inversión inicial que se necesita realizar para estas obras lleva unos cinco años, mientras que en el Principado se tarda un poco más, sobre siete. Eso es porque el Principado tiene un 30% menos de horas de radiación solar que las regiones sureñas del país. Aun así, “se nota ya que todo esto está generando un gran interés en Asturias, nosotros ya tenemos bastantes trabajos en marcha”, asegura González. Eso sí, la mayoría son para clientes industriales. A los particulares (viviendas unifamiliares o comunidades de vecinos) les está costando algo más dar el paso.

Según los datos de la patronal nacional del sector, Unef, en el Principado hay 12 instalaciones de autoconsumo con una potencia total de 46,29 kilovatios. Son el doble de las que hay en Aragón y cuatro veces más que las que hay en Cantabria, pero los resultados están a años luz de los de Cataluña (tiene 130 de estas instalaciones) y de la soleada Andalucía (121). “Son muy rentables, una instalación de placas solares tipo, con más de 25 años de vida útil, se amortiza entre 7 y 9 años en Asturias. Es cierto que la amortización es mayor que en Andalucía, ya que allí el número de horas de sol diarias es mayor. Pero es rentable en Alemania, así que imagínese en el Principado”, señala Edgar Imaz, cofundador de la compañía SotySolar, dedicada a la promoción de paneles solares para el autoconsumo.

La tecnología solar ha mejorado notablemente durante estos últimos años y también su coste se ha reducido de forma considerable. Tanto que, según apunta Pablo Cuesta, de la asturiana Praxia Energía (dedicada a la fabricación de las estructuras de estos paneles), el precio es ahora siete veces inferior al de hace unos años. Asegura el empresario que el hecho de que las empresas estén empezando a abrazar esta tecnología “es el primer paso, el siguiente serán las comunidades de vecinos”. Y recalca: “Antes, si no tenías una ayuda o algún tipo de subvención no era posible poner estos paneles de autoconsumo, ahora ya no es necesario”. Sin embargo, sí que hay algunas autonomías, como el País Vasco, que siguen dando ayudas económicas para la promoción de este tipo de energía, clave para muchos en el camino de transición ecológica que tendrá que afrontar España durante estos próximos años.

Y es que el ahorro de costes es notable en la factura eléctrica, hasta un 30%, según explicó ya este diario. Los proyectos van cayendo y las compañías dedicadas al negocio de la energía solar, que durante estos últimos años tuvieron que salir a trabajar fuera, comienzan a tener trabajo en la región. Exiom ha instalado paneles a varios clientes empresariales de la zona central de la región, mientras que Praxia asegura que su negocio dentro del Principado también está prosperando. SotySolar, por su parte, señala que “son cada vez más los particulares propietarios de viviendas unifamiliares que quieren poner placas en su tejado”.

La clave de la expansión de estos proyectos tiene que hace solo unas semanas el Gobierno eliminó el “impuesto al sol”, que había instaurado el anterior ejecutivo del PP y que estuvo vigente durante tres años. Era una tasa que penalizaba el autoconsumo energético, lo que provocaba que este tipo de instalaciones solares tardaran más tiempo en poder rentabilizarse. Tanto que echaba para atrás a muchos de quienes querían arrimarse al sol para captar su energía. Era un peaje que, además, era mayor para los grandes consumidores que para los particulares.

Las empresas del sector son optimistas con el futuro del autoconsumo en Asturias, un campo donde el sol brillará con fuerza, auguran, pero no ven al Principado con opciones de poder albergar grandes huertos fotovoltaicos como los que sí existen en el sur de la península. Por varias razones, la principal es que en Asturias no se dan las condiciones de insolación necesarias para sacarle todo el partido a esos complejos y por la propia orografía del Principado, que dificulta enormemente su instalación.

 

Fuente: https://www.lne.es/